lunes, 15 de mayo de 2017

Educación Holística

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 Educación holística: una educación para los nuevos tiempos
Entrevistamos a Carmen Cabestany, profesora de Secundaria, cofundadora de Espacio Holístico, organizadora de los Congresos de la Excelencia, miembro del Grupo de Educación y Salud del Colegio de Psicólogos de Barcelona, Secretaria de la Asociación No al Acoso Escolar y entusiasta de la educación.

¿Qué es Espacio Holístico (ESHO)?
Espacio Holístico es una asociación sin ánimo de lucro cuya finalidad es promover un cambio educativo, principalmente en tres vertientes: la emocional, la crítica y la espiritual. Una adecuada atención en estos tres aspectos llevaría, además, a nuestros niños y jóvenes, a despertar su potencial creativo, tan importante y tan olvidado en la educación actual.

¿Qué actividades promueve?
Promovemos, incansablemente, todas aquellas actividades que nos permitan alcanzar nuestro objetivo: la instauración de la educación holística o integral. En este sentido, organizamos los Congresos de la Excelencia, Cursos de Formación para Profesores, charlas divulgativas en institutos y entidades…

¿Qué es la educación holística?
La educación holística (del griego “holos”, totalidad) nace en los años 90 del siglo pasado y es, sin duda, el paradigma educativo para el siglo XXI. Parte de la base de que cada ser humano es único e irrepetible pero, al mismo tiempo, está intrínsecamente relacionado con todo lo que le rodea. Es decir, cada ser humano es un holón, una parte de un holograma o totalidad, cuyas partes contiene.
La educación holística no es un método educativo, sino una visión creativa e integral de la educación. Es una educación para la vida, que contempla al niño como un todo y no solo como un cerebro; o, por mejor decir, como un cerebro incompleto en el que solo se apela al hemisferio izquierdo (el lógico, el analítico, el racional) en detrimento del hemisferio derecho (el intuitivo, el creativo, el imaginativo). Es una educación que va más allá del aspecto cognitivo y, sin desdeñar este, se centra también en el físico, el emocional y el espiritual para formar un ser más íntegro.
La educación holística es una pedagogía humanista centrada en el estudiante e interesada, ante todo, en su formación y desarrollo como persona, en su relación consigo mismo y también, como ser en sociedad, en su relación con los demás y con el planeta. Además, incorpora la vertiente espiritual laica, que no ha sido considerada por otras corrientes pedagógicas. Es la pedagogía del amor.

 ¿Qué avances científicos avalan esta visión de la pedagogía?
Todos aquellos que trascienden el cartesianismo y el mecanicismo. Podemos citar a Karl Pribram, neurofisiólogo norteamericano, creador de una teoría holográfica llamada “Modelo Holográfico del Cerebro”, que establece que la memoria es almacenada en el cerebro como un holograma; o al físico David Bohm, que dice que la división mente-materia es ilusoria y superficial y propone que la organización del universo puede ser holográfica. Con él nace el “Modelo Holográfico del Universo”. Algo más tarde, Pribram sintetiza sus teorías y las de David Bohm: “El cerebro es un holograma que interpreta un universo holográfico”. Nace así el paradigma holográfico, que establece que todo tiene su origen en la misma realidad universal creadora de vida. Cuando el neurocientífico G. G. Globus plantea que todos los mundos posibles están dentro del cerebro, aparece el concepto de “cerebro cuántico”.
La física cuántica ha demostrado que todo en el universo está interconectado y que una parte está siempre comunicada con la totalidad. Así pues, las nuevas tendencias en física avalan también la visión holística.
La teoría del caos plantea que el mundo no sigue un patrón fijo y previsible, sino que se comporta de manera caótica y sus procesos y comportamiento dependen, en gran manera, de circunstancias inciertas. Aplicada a la educación, la teoría del caos nos lleva a entender los fenómenos educativos como procesos no lineales, que se adaptan al futuro, a la complejidad y al cambio, al orden y al desorden.
Por su parte, el psicólogo e investigador Howard Gardner hizo una gran aportación a la educación con su teoría de las inteligencias múltiples, estableciendo la importancia de nueve tipos de inteligencia (para algunos, incluso más). Sin embargo, en la escuela tradicional solo priman dos: la lógico-matemática y la lingüístico-verbal. Pero habría que preguntarse por qué es más importante ser más competente en matemáticas o en lengua que serlo en la gestión de las emociones.

¿No debería ser prioritario, para cualquier sistema educativo, el formar seres felices y responsables consigo mismos, con la sociedad, con el planeta?
Se ha dado mucha importancia al C.I. (coeficiente intelectual) y muy poca al C.E. (coeficiente emocional). Sin embargo, sabemos que el primero varía considerablemente en función de diferentes factores; entre ellos, y como uno de los más importantes, el estado emocional de la persona. En realidad, no son las habilidades técnicas o intelectuales las más importantes, sino aquellas que permiten al niño o al joven conocerse y sentirse bien consigo mismo (inteligencia intrapersonal) y con los demás (inteligencia interpersonal). Ambas son la base de lo que llamamos “inteligencia emocional”. 
Daniel Goleman, psicólogo estadounidense, postula en su libro Inteligencia emocional que el C.I. contribuye solo en un 20% al éxito en la vida, mientras que el C.E. es responsable del mismo en un 80%. Un niño bloqueado emocionalmente no puede aprender. Gestionar las propias emociones, tener una buena autoestima, saber interactuar con los demás adecuadamente, son los factores realmente importantes para gozar de una vida emocionalmente sana y feliz. Este psicólogo alerta sobre la importante disminución del C.E. en la juventud de los últimos veinte años, debido, en su opinión, al impacto de las tecnologías.
Las habilidades emocionales se pueden y se deben enseñar en la escuela, pero no como parte de un currículum, sino ejercitándolas en situaciones reales.
La neuropedagogía ha hecho grandes avances que han de ser tenidos en cuenta en educación. Roger Sperry descubrió que los hemisferios cerebrales son diferentes y se dividen sus funciones. Así, el izquierdo es analítico, racional, abstracto, lógico, lingüístico…, mientras que el derecho, el gran ignorado, es creativo, imaginativo, sintético, espacial… Para que el niño utilice todo su potencial a la hora de aprender, debe utilizar ambos, por lo que es muy importante hacer ejercicios para sincronizarlos. Esto se consigue con técnicas de kinesiología educativa, por ejemplo. 
También es muy importante “precalentar” el cerebro antes de someterlo a un proceso de aprendizaje, del mismo modo que hacemos ejercicios de precalentamiento antes de hacer deporte. Esto se puede conseguir con simples ejercicios de cálculo mental, previos a un trabajo intelectual.

Una educación avalada por la tradición

¿Qué tradiciones filosóficas o pedagógicas la respaldan?
Desde Sócrates y Platón, pasando por J. Rousseau, Husserl, Teilhard de Chardin, Pestalozzi, Piaget, la Filosofía perenne, la Pedagogía ancestral, Paulo Freire, María Montessori, la Pedagogía Waldorf, la Pedagogía Sistémica…
En realidad, la educación holística, por su propia naturaleza, se integra y se nutre de diferentes tendencias pedagógicas y toma de cada una lo más valioso.
La educación holística honra la tradición, pero propugna un cambio de paradigma. Hay que trascender la herencia decimonónica que consideraba la escuela como una fábrica de futuros trabajadores de un sistema desigual e injusto. La escuela del siglo XXI debe favorecer el encuentro de cada persona con su ser auténtico y con su lugar en el mundo, así como el desarrollo de sus potenciales y de su creatividad.Toda nueva propuesta es criticada e incomprendida en sus comienzos.

¿Cuáles son los grandes obstáculos que os estáis encontrando?

Principalmente, el empeño de los poderes públicos en perpetuar, a toda costa, una educación trasnochada y obsoleta, que no responde a las actuales demandas de los chicos ni de la sociedad. Yo misma he sido sancionada por hacer cosas innovadoras que alguien percibe como peligrosas para el sistema.Otro gran obstáculo es la falta de medios, pues es difícil obtener respaldo y ayuda económica para un proyecto educativo que se percibe como una amenaza.

¿Quiénes frenan o se oponen decididamente a este enfoque?
Ante todo, el cientifismo reinante, heredero de las concepciones del siglo XVII, que tiende a fragmentarlo todo y se opone a que la naturaleza, el ser humano, la educación, sean percibidos como un todo. Pero también, las diferentes religiones dogmáticas, la Administración educativa, algunos padres y un sector del profesorado. 
La educación está regida por burócratas a quienes les importan poco los chavales. En cambio, tienen obsesión por cambiar, según el color de quien gobierna, los planes educativos. Cuando juegan a diseñar sus planes, ni siquiera se molestan en conocer la realidad de las aulas ni en consultar si son viables o no, y a quiénes tendremos que aplicarlos después en ellas. La educación de verdad, con mayúsculas, no es una cuestión de color o de tendencia política; no es un pasatiempo, como parecen entender esos burócratas, para quienes los agentes educativos (docentes, alumnos, familias) son solo las piezas de su tablero de juego.
La mayoría de los padres no cuestionan el sistema educativo y no son conscientes de  que sus hijos son educados para el mercado laboral, para ser piezas de un engranaje social que responde a presupuestos decimonónicos (liberalismo, revolución industrial) y que pretende formar ciudadanos dóciles, manejables, consumistas, indiferentes… En cambio, lo que de verdad importa es formar seres felices, críticos y sabios. Hay estudios que demuestran que el dinero sólo es importante para cubrir las necesidades básicas, pero lo que hace realmente que las personas sean más felices es la estabilidad emocional, el optimismo, la gratitud, la autoestima y unas buenas relaciones interpersonales.
Hay un sector del profesorado que no está por el cambio, o bien por desconocimiento, inercia o desmotivación, o bien porque es inmovilista y acomodaticio.

¿Quiénes lo apoyan? ¿Quiénes forman parte del proyecto ESHO?
Un sector del profesorado que demanda un cambio profundo en las estructuras educativas. Es el sector despierto, el consciente, el comprometido. Y va en aumento. También, un buen número de familias que buscan alternativas al sistema y educan en casa o llevan a sus hijos a escuelas libres. Sobre todo, nos apoyan la razón, la justicia, la verdad, la libertad, la paz… y la necesidad de que estas generaciones sean capaces de salir de la locura de este mundo desbocado para crear algo mejor.
La Asociación Espacio Holístico cuenta, asimismo, con el soporte de un grupo de voluntarios que cree que otra educación es posible, necesaria y mejor, y que colabora de corazón en todo lo que emprendemos. También contamos con la ayuda de muchos seres anónimos que nos animan, nos respaldan y creen en nosotros. Son quienes difunden y promocionan nuestras actividades, quienes aportan ideas y sugerencias desde cualquier punto de España o del otro lado del Atlántico, etc. Son muchos los corazones enlazados al de Espacio Holístico y comprometidos con nuestra causa.
Y, por supuesto, para nuestros congresos, contamos con la colaboración desinteresada de nuestros ponentes, talleristas, etc., que saben que no contamos con medios materiales para llevar a cabo lo que consideramos un deber y una preciosa misión: dar a luz una nueva educación para el mundo.


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